Hoy, Ana Campos nos cuenta su experiencia en el voluntariado europeo en el que participó el año pasado:
A principios de este año decidí irme a vivir a un pueblecito muy pequeño al sur de Italia para realizar un voluntariado europeo. Este programa ofrece experiencias de voluntariado tanto a nivel individual como grupal con el fin de entrar en contacto con otras culturas y adquirir nuevas habilidades para crecer personalmente.
Yo elegí un proyecto de vida sostenible y educación medioambiental. Estuve viviendo durante 7 meses en una granja de agriturismo. Allí conviví con una comunidad de personas que llevaban una vida en común y trabajaban los unos para los otros. También compartí mi estancia con otros voluntarios que llegaban de todo el mundo. Llegué a conocer en torno a 30 personas diferentes de cualquier continente. Algunos se quedaban semanas, otros días o incluso meses. Además, en la granja también vivían muchos animales para autoconsumo o como reclamo turístico. Compartí casa con ovejas, cabras, toros, gallinas, perros, gatos, burros, conejos, chinchillas, pavos reales o hasta un poni.Como resumen de mi experiencia ha sido increíble poder vivir en medio de un entorno natural y en medio de la naturaleza. He aprendido mucho sobre cómo autoproducir y sobre autoconsumo además de gobernanza para la ciudadanía. El servicio de voluntariado europeo está creado para formar a líderes que puedan realizar cambios en su comunidad de origen y me alegro de haber tomado esta decisión y haber aprendido de una profesión tan bonita y tan necesaria.





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