Efecto Matilda: Lise Meitner


En esta nueva entrada sobre el Efecto Matilda queremos presentaros a Lise Meitner, una destacada física nuclear del siglo XIX.


Lise Meitner nació en Viena en 1878 en el seno de una amplia familia judía.

Aunque a finales del siglo XIX la educación en la escuela pública terminaba a los 14 años, Lise pudo estudiar en la universidad. 

Lise comenzó sus estudios universitarios en 1901 y las clases del físico Ludwig Boltzmann le iniciaron en un mundo que la fascinó. Al no discriminar a las mujeres y aceptar su integración en sus clases, Boltzmann forjó una comunidad científica a la que Lise se unió.

Lise pronto empezó a destacar en sus estudios, pero a pesar de sus éxitos, una científica no tenía mucho futuro en Viena, así que decidió mudarse a Berlín y seguir sus estudios en radioactividad. Así es como Max Plank le permitió acceder a sus estudios y trabajar en un laboratorio donde conoció a Otto Hahn.


Solamente había un problema: El laboratorio no podía aceptar más mujeres y Lise tuvo que trabajar en el sótano y utilizar los servicios del restaurante que había en frente del instituto.

Como no recibía ninguna compensación económica, su trabajo era financiado por su padre, lo que tenía como consecuencia que viviera en una habitación de una residencia de señoras sin cuarto de baño. 

En 1912 la pareja recibió dos ofertas muy desiguales: Mientras que a Han le ofrecían un puesto de joven científico, Lise debía conformarse con una colaboración gratuita.

Al año siguiente fue nombrada primera ayudante de científico y consiguió su primer sueldo, muy por debajo del de su compañero.

En 1919 fue la primera mujer que obtuvo la plaza de profesora universitaria.

Con la llegada de Hitler al poder y a diferencia de Einstein, Lise decidió volver a Alemania, donde, a pesar de ser no-aria, Lise pudo continuar su trabajo en el laboratorio, pero se le privó del título de profesora.

En aquella época había cuatro potentes grupos de investigación en Europa. La física nuclear acababa de empezar y se necesitaba mucha gente con talento para entender fenómenos tan sorprendentes como que al colisionar dos protones se desprendieran tres protones.

En 1938 la situación política se agravó, Lise perdió su nacionalidad austríaca y fue expulsada del laboratorio en el que trabajaba.

 La alarma saltó cuando decidió aceptar la invitación de colaborar con otros compañeros en el extranjero y el Gobierno alemán le quitó el pasaporte y le prohibió viajar. Sus colegas de Berlín reaccionaron e hicieron lo posible por sacarla del país. En 1939 salió clandestinamente en un tren hacia Holanda. Sin dinero, sola y asustada estuvo esperando meses a que alguna universidad le ofreciera trabajo. Finalmente, se trasladó a un instituto de Suecia. donde no se le permitía tener estudiantes y en el que le dieron muy pocos recursos para construir un nuevo laboratorio experimental. Pese a todo, Lise reemprendió sus investigaciones.


Lise, junto con su sobrino Otto, desarrolló la primera teoría de fisión nuclear que pronto ganaría importancia en la segunda guerra mundial.

Además, descubrió El elemento químico 109, que se nombró meitnerio en honor a ella, por lo que se convirtió así en la única mujer que tiene un elemento en la tabla periódica en su honor.

En 1942 se le ofreció participar en un grupo internacional de investigación para conseguir una bomba atómica y terminar con el régimen nazi. A pesar de que le hubiera supuesto una oportunidad para trasladarse desde Suecia a EE. UU, dejar ese laboratorio que no la quería y trabajar mano a mano con los grandes cerebros de la época, no aceptó. Dejó sus razones bien claras: no quiso tener nada que ver con una bomba. Ningún otro científico rechazó la oferta.

Al terminar la guerra en EE. UU. se produjo una corriente de reconocimiento a la labor de Lise en la fisión. Se la consideró “la madre de la bomba atómica”, título que nunca fue de su agrado.

En 1947 Hahn recogió el Nobel y no mencionó en absoluto los treinta años de colaboración que pasó junto a Lise. 

Meitner, a pesar de no recibir el Nobel, tuvo muchos otros reconocimientos a su carrera.

En 1966 Hahn, Meitner y Strassman recibieron el famoso premio Enrico Fermi. A pesar de que Hahn intentó que Meitner no recibiera tal reconocimiento, Strassman no lo permitió.

En 1960 se trasladó a Cambridge para estar cerca de su familia y falleció en 1968 a sus 90 años.


                                                                     Entrada realizada por el grupo de Caminantes de Emaús

 

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