 |
¿DICES O HACES? Hay momentos que marcan para (toda) la vida
Ya hemos llegado a las últimas semanas de cuaresma. En poco tiempo celebraremos la Pascua y un año más tendremos la oportunidad de acompañar a Jesús en los últimos pasos de su camino.
Estas semanas bien aprovechadas nos han servido para preparar la mente, el corazón y el alma a los acontecimientos de la Pascua. Para soltar todo aquello que nos aleja de Dios y no nos permite acompañarle como amigos. Tanto si has estado siguiendo las distintas publicaciones, como si acabas de llegar, aprovecha la última reflexión antes de la Pascua.
La última pregunta que se nos presenta en este recorrido de incógnitas es la siguiente: ¿DICES O HACES? Esta pregunta que compartimos con el lema de la asociación para este año, nos está haciendo elegir entre dos realidades. Entre hablar, criticar, suponer, especular… o actuar, llevar a cabo, demostrar, cambiar las cosas. Está claro que ambas pueden ser necesarias, pero por muchos pensamientos, ideas y propuestas que tengamos, no sirven de nada si se quedan ahí. Si no se convierten en acciones reales que cambien la realidad en la que vives.
Si utilizamos una última vez nuestro apreciado huerto en el que esperamos que los frutos estén cerca de llegar, por muchas ideas que tengamos sobre cómo queremos nuestro huerto, qué frutas queremos plantar o lo que queremos conseguir de él, no servirá de nada si no usamos una hoz y empezamos a labrar el suelo y plantar.
Lo mismo ocurre si nos disgusta y odiamos nuestro huerto, no va a cambiar hasta que no hagamos algo, una acción concreta que conlleve un cambio. En general, la realidad que vivimos se ve afectada por las acciones y decisiones que tomamos y es la única manera que tenemos de influenciar nuestra realidad. Hay momentos que marcan para (toda) la vida, en los que decidimos actuar y romper con lo establecido. En los que salimos de la queja y cambiamos el foco, en los que cumplimos un sueño o llegamos a una meta. Todo a base de acciones. Todo a base de elegir “hacer” en vez de solo “decir”.
Además, el Papa nos dice lo siguiente respecto a “hacer'':
“No nos cansemos de hacer el bien”
Dios, que provee semilla al sembrador y pan para comer, nos proporciona a cada uno no solo lo que necesitamos para subsistir, sino también para que podamos ser generosos en el hacer el bien a los demás. Aunque es verdad que toda nuestra vida es un tiempo para sembrar el bien, aprovechemos especialmente esta Cuaresma para cuidar a quienes tenemos cerca, para hacernos prójimos de aquellos hermanos y hermanas que están heridos en el camino de la vida, que necesitan ayuda con su huerto.
La Cuaresma es un tiempo para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad. Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados.
Hoy, esta puede ser tu oportunidad de actuar, de hacer el bien a los demás. De no quedarte atrapado en tus ideas, tus necesidades, tus agobios, en ti y encuentres a Dios en los demás, en el servicio a los que te rodean.
¿Qué acciones concretas puedes hacer en tu vida para cambiar tu realidad? ¿Para sembrar el bien? ¿Para ponerte al servicio?
Para la oración de esta semana te animamos a que escuches el evangelio del 15 de Marzo en Spotify.
*Material adaptado de Jóvenes Dehonianos, el Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2022 y el Podcast Evangelio y Reflexión.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Aquí podrás comentar esta entrada! Recuerda siempre ser respetuoso con los demás.