4º semana Cuaresma Emaús

 



Poco a poco nos estamos acercando a uno de los momentos más importantes del año para los cristianos. En estas semanas hemos compartido con vosotros distintas reflexiones e ideas con las que poder soltar aquello que nos aleja de Jesús para poder acompañarle como un/a verdadero/a amigo/a.

Hemos usado la metáfora de los cultivos para animaros a plantar y cultivar vuestra fe. Como ya hablamos, en ese proceso puede haber ciertas dificultades, sin embargo, en el día de hoy os queremos plantear una circunstancia muy real del mundo en el que vivimos y que nos puede alejar de Dios y los frutos de nuestro huerto. 



¿Realidad o ficción? Hoy os planteamos estq pregunta. Directa y clara. En tu vida, ¿cuál eliges? ¿Ves autenticidad en tu vida? 

En el mundo en el que vivimos, con tanto ajetreo, estímulos, fácilmente nuestros ojos se ven guiados y casi hipnotizados a estas ficciones que se nos presentan en redes sociales y medios de comunicación. "Personas perfectas" viven vidas de ensueño a través de una pantalla. Propuestas de actividades asombrosas que llenan tu tiempo de emoción pero que se escapan en la cantidad de “me gusta”. 

Este bombardeo constante de "ficción" puede provocar que esa irrealidad cale en nuestras vidas. Que nos preocupe más cómo nos ven los demás, parezcer felices, geniales, infalibles, invulnerables… Pero, ¿qué hay detrás de todo eso? Nuestro corazón, el amor que nos arde dentro y del que habla Jesús no es una fotografía de un momento concreto y único que enseñar a los demás. Al contrario, esos frutos que da la buena relación con Dios y con el prójimo, buscan ser eternos en nuestra vida, constantes, REALES. Buscan llegar a los demás pero no con afán de mostrar lo maravillosos que somos y todo lo que hacemos, sino para entregarnos en la ayuda y acompañamiento que necesitan. Porque el corazón es una brújula que te lleva a la verdad. 

En esta Cuaresma te invitamos a que valores si aquello que estás sembrando en el campo lo haces por lo que piensen los demás y encajar, o porque de verdad lo sientes en el corazón. Por la realidad que quieres vivir, o por el papel que quieres interpretar en la ficción. Si encuentras tranquilidad y apagas el ruido que llega constantemente encontrarás el hambre extrema de tu corazón por los momentos auténticos, momentos de felicidad, de realidad, de fe. Solo existe una manera de saciar ese hambre y saciarla con los frutos que llevamos trabajando estas semanas. 

Animándote una semana más a que no dejes pasar esta voluntad de encontrar tu verdad, tu realidad, tu amor, tu fe… Te dejamos este salmo para que lo uses en tu oración personal. 

Señor, dame la valentía 

de arriesgar la vida por ti,

el gozo desbordante

de gastarme en tu servicio.

Dame, Señor, alas para volar

y pies para caminar

al paso de los hombres.

Entrega, Señor, entrega

para «dar la vida»

desde la realidad,

la de cada día.

Infúndenos, Señor, 

el deseo de darnos y entregarnos,

de dejar la vida

en el servicio a los débiles.

Señor, haznos constructores de tu vida,

propagadores de tu reino,

ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres

para llevarles el tesoro

de tu amor que salva.

Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu

para ser conducidos

a dar la vida desde la cruz,

desde la vida que brota

cuando el grano muere en el surco.


*Material adaptado de Jóvenes Dehonianos, el Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2022 y de la Comunidad Aute.


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