Pensamientos en 4 latas: Joven, ¡levántate!


Dentro de dos años se celebra en Lisboa la XXXVI Jornada Mundial de la Juventud. Con motivo de esto, el Papa Francisco mandó un mensaje dirigido especialmente a la gente joven, sobre todo apelando a la situación de la pandemia. 

En esta carta, el Papa Francisco nos habla de la situación actual de la pandemia, de cómo hemos sufrido a causa del aislamiento y de la pérdida de personas queridas, algo que nos ha afectado a todos. Especialmente pone luego el foco en los jóvenes, que muchos dejaron de hacer actividades como ir a las escuelas, universidades o trabajo, además de las reuniones con gente. También destaca que la gente en situaciones más complicadas se han encontrado más desamparadas, y en muchos casos han aparecido problemas familiares, depresión, soledad y dependencias, además de que ha habido una escalada en la violencia debido al estrés que hemos sufrido durante este tiempo.

Pero el Papa también hace hincapié en que no solo ha aflorado lo negativo, también hemos visto las virtudes de la gente, entre ellos, la solidaridad, hemos visto como gente alrededor del mundo se ha levantado – en especial, menciona a los jóvenes- por la libertad, por la vida, para sembrar esperanza y ser artífices de la paz y constructores de puentes.

De hecho, el mensaje específicamente habla de que nos levantemos, Dios nos ha dicho a todos y cada uno de nosotros “¡Levántate!”,  y pone especial énfasis en que somos importantes para recomenzar y volver a levantarnos, habla del entusiasmo y pasión de los jóvenes.

Para animarnos a ello, habla sobre el suceso de la conversión de Pablo de Tarso, y es que, cuando iban camino de Damasco para arrestar a algunos cristianos perseguidos fue absorbido por una luz, él y su grupo, aunque estuviese ahí todo el grupo, lo cierto es que sólo él escuchó la voz que se dirigía a él, lo llamó por  su nombre, “Saulo”,  en ese momento, Pablo de Tarso (Saulo) comprendió que estaba frente al Señor. Jesús se acercó a Pablo y le mostró su misericordia. Pablo no sabía quién le estaba hablando y le preguntó, a lo que Jesús respondió “Yo soy Jesús, al que tú persigues”. Además, Jesús se acercó a él y le hizo una pregunta clara. "¿Hasta cuando vas a huir de mí? Estoy esperando tu regreso. Es curioso cuando vemos que el Señor se acercó a alguien es hostil con Él, que lo había perseguido allá donde estuviese. Para Dios, no existe ninguna persona que sea irrecuperable, en el encuentro con él podemos volver a empezar, ningún joven está fuera del alcance de la gracia y misericordia de Dios. Y es que, muchos jóvenes se oponen a Dios, aunque realmente buscan identificarse con una misión, quieren comprometerse. Esto es algo que vio Jesús en Pablo de Tarso. 

Ahí fue cuando Pablo de Tarso se dio cuenta de que estaba ciego, tanto físicamente (debido a la caída) como espiritualmente, se dio cuenta de su error, que no poseía la verdad ni la iba a tener nunca, se encontró perdido y frágil en ese momento. Hay que ser humilde y ser consciente del límite que tenemos cada uno.

Fue en ese momento que Saulo decidió cambiar su nombre a Pablo, cuyo significado es “pequeño”. El encuentro con Cristo lo marcó. Y posteriormente, ya siendo Pablo de Tarso afirmó  sobre sí mismo esta frase: “Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, incluso indigno de llamarme apóstol por haber perseguido la Iglesia de Dios”.

Aún con ello, Pablo se dirigió hacia Damasco, pero ahora con un fin totalmente distinto al que tenía inicialmente. Ya en Damasco, Ananías lo bautizó y comenzó a actuar con la comunidad cristiana, profundizando en la experiencia y en la identidad que le dio el Señor.

Y es que no nos resulta extraña la actuación anterior, porque en los ojos de los jóvenes podemos ver la pasión y la fuerza, al igual que en su corazón, aunque la oscuridad que los rodea muchas veces no les permite ver con claridad. Y es que la personalidad de Pablo no cambió con el encuentro con el Señor, solamente redirigió su pasión para hacer de él un gran evangelizador. 

Por ello, tal como Cristo invitó a Pablo, nos invita a nosotros a levantarnos y actuar, ya que nos ha dado una misión a cada uno de nosotros, podemos ser testigos de las obras que Jesús tiene preparadas para nosotros. 

El Papa invita que los levantemos y demos testimonio de amor y respeto y de nuestra experiencia de ciegos que han visto la belleza de Dios, que testimoniemos por la nueva mirada que hace que veamos maravillados la creación de Dios, por las experiencias fracasadas que podemos reconstruir además de que de esta manera, podemos despertar a corazones desesperanzados y personas cuyo espíritu haya muerto. También que nos levantemos y testimoniemos con alegría la vida de Cristo y de su mensaje de amor y salvación, que lo difundamos con la gente de nuestro alrededor.

Debemos encontrarnos con nuestro camino de Damasco y apoyar a aquellos jóvenes que quieren encontrar el camino de Damasco.

“Si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús”.









Comentarios