Introducción:
Ya queda menos tiempo para que termine este trimestre. Nos estamos acercando a las
vacaciones de Semana Santa y de Pascua.
Hoy vamos a escuchar una de las grandes historias que inventaba Jesús. Se trata de la
parábola del Hijo pródigo. Un hijo que se fue de casa y ya no quiso saber nada de tu
padre... Es una historia que nos recuerda que la familia es importante, que nuestros padres
nos quieren, nos perdonan, a pesar de todo. También nos enseña esta historia que nuestro
Dios es como ese padre. Aunque a veces nos alejemos de Dios su perdón es infinito.
Lectura bíblica: Lucas 15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y
los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: “Ese acoge a los pecadores y como con
ellos.”
Jesús les dijo esta parábola:”Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No
muchas días después, el hijo menor, juntando todo los suyo, emigró a un país lejano, y allí
derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por
aquella tierra un hambre terrible y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le
insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. (...)
Recapacitando entonces, se dijo:
“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de
hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el
cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.
Se puso en camino hacia donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo
vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le
dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los
pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío
estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.
Y empezaron el banquete.
Vuelve a casa:
- ¿Te has enfadado alguna vez con tus padres? ¿Cómo te has sentido?
- ¿Has sentido alguna vez que también te enfadabas con Dios? ¿Cómo te has sentido al alejarte de Dios?
-
¿Qué has sentido cuando tus padres te han perdonado por algo que has hecho?
-
¿Sabes que Dios también te perdona siempre?
-
¿Cómo te imaginas que sería el abrazo que Dios te daría tras volver como el Hijopródigo?Oración final:
Querido Padre,llévame a casa cuando no encuentre fe.Llévame a tu lado y abrázame.Dame tu misericordia y tu amor incondicional. Dame descanso y dame hogar.Compasión y amor a mis hermanos.Y si alguna vez me vuelvo a perder...¡Gracias!,porque sé que me esperas con los brazos abiertos. Amén.
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