Crónica 10hechos2: Carmen Serrano, madre.


Qué nervios teníamos, pero daba igual porque estábamos dispuestas a pasarlo bien y a darlo todo. Fue un día intenso, desde por la mañana las madres se ocupan de que todos estén alimentados y de que la ropa de nuestros hijos esté planchada para cuando salgan a cantar.

Todos los años las madres aportan su granito de arena a este Festival tan emotivo y que  nos hace sentir parte de un grupo de gente comprometida. Semanas de ensayos con amigas que nos hacen reír a lágrima viva y que echamos de menos ahora que ya ha pasado. Cada año nos motivamos más para que todos nos vean como una piña unida y nuestros hijos estén orgullosos de nosotras.

Nerviosa, sí. Nerviosa estaba antes de entrar viendo cómo se iba acercando el momento de subir al escenario. Un escenario de cuento de hadas que nos transportaba a ese mundo de sueños y personajes de cuentos tan bonitos y entrañables.

Y todas estábamos en los baños arreglándonos juntas y cantando por última vez las estrofas de nuestra canción, sí nuestra canción, que tanto hemos ensayado para que ese día saliera de nuestras gargantas esa voz de madre que nos gusta que esté presente en este Festival.

Y por fin salimos, cada una en su posición como habíamos ensayado, todas atentas a la señal para salir al escenario. Y ahí estábamos las madres, cantando y bailando al son de una canción preciosa que nos hizo convertirnos por unos momentos en artistas. Con los pantalones de colores para que todos nos vieran como madres con el espíritu alegre y de colores.

Sí, los nervios se fueron y dieron paso a la euforia del éxito al ver los aplausos y los gritos de júbilo de los asistentes al Festival. Gracias a todos por esos aplausos que nos llegan al alma y que nos llenan de ganas para que llegue pronto el año que viene para volver a reunirnos para ensayar una nueva canción y, sobretodo, para juntarnos todas y volver a compartir esos momentos que no tienen precio.