Crónica 10hechos2: Paloma Álvarez, presentadora. Universitaria.


10 años de festivales dan para mucho: canciones, oberturas, magia, lemas, ensayos, jornadas maratonianas de montaje en el Farnesio, clausuras, decorados, vídeos, más canciones… Pero creo que no podré explicar la sensación que tuve el día 9 de marzo en el momento en el que empiezo a escuchar ese “silencio en la sala que el burro va a hablar…”. Pasaron por mi cabeza miles de imágenes: de tardes bailando y creando, grabando vídeos, de ensayos de canciones, de risas preparando una presentación. Reuniones hablando del esfuerzo que realizan tantas personas sacando adelante este festival, recorriendo tienda por tienda, parroquias, grupos, radios, plataformas solidarias, hablando con amigos, con conocidos para que se animen a colaborar con este festival…Imágenes de personas con las que has cantado hasta dejarte la voz en diez festivales, con las que compartes esa mañana de montaje entre risas, de la primera canción del primer Hechos en el que canté, de la primera obertura donde salí con una pancarta a favor de la Revolución del Color, madres que recuerdan que te encanta el chocolate y te dan chocolatinas entre ensayo y ensayo, Mapaches que lo dan todo cantando su canción, jóvenes que curran como campeones y que están todos en sus preparados en sus puestos: proyector, luces, haciendo fotos, ordenador, sonido…

Y ahí estás tú, vestida de Cenicienta, dispuesta a hacer pasar un buen rato a todos los que se encuentran en esa sala, ayudando a gritar al mundo un mensaje de optimismo, de alegría, de cambio, de esperanza. Tres horas que se pasaron volando, rapidísimas pero en las que descubres que, un año más, el esfuerzo merece la pena. Las luces se apagan, misión cumplida pues ves un Auditorio lleno de sonrisas, una cifra de 1.060 litros de aceite para Basida. Las luces y los micrófonos se apagan, los decorados se desmontan, la furgoneta cargada para hacer el viaje de vuelta. Plantarte en medio del escenario, sin público en las butacas, cerrar los ojos y sonreír. Dar las gracias a Dios por hacer que todo sea posible. Y sí, seguiremos.