Pensamientos en 4 latas: Que nadie se sienta excluido de la llamada de Dios


“Nuestra vida se realiza y llega a su plenitud cuando descubrimos quiénes somos, cuáles son nuestras cualidades, en qué ámbitos podemos hacerlas fructificar, qué camino podemos recorrer para convertirnos en signos e instrumentos de amor, de acogida, de belleza y de paz, en los contextos donde cada uno vive”.

 

Con estas palabras, el Papa Francisco se refiere a la importancia de la vocación en su mensaje para la 61ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que se celebrará el 21 de abril de 2024 y este año lleva el lema “Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz”.

 

En el texto, publicado emartes 19 de marzo, Francisco recuerda con gratitud ante el Señor el compromiso fiel, cotidiano y a menudo escondido de aquellos que han abrazado una llamada que implica toda su vida. En este sentido, piensa en las madres y los padres que no anteponen sus propios intereses y no se dejan llevar por la corriente de un estilo superficial; en los que se comprometen, en diversos ámbitos y de distintas maneras, a construir un mundo más justo, una economía más solidaria, una política más equitativa, una sociedad más humana; en todos los hombres y las mujeres de buena voluntad que se desgastan por el bien común.

 

Francisco se dirige además a los jóvenes, especialmente a cuantos se sienten alejados o que desconfían de la Iglesia, y les pide que se dejen fascinar por Jesús, que le planteen sus inquietudes fundamentales.

 

A través de las páginas del Evangelio, déjense inquietar por su presencia que siempre nos pone beneficiosamente en crisis. Él respeta nuestra libertad, más que nadie; no se impone, sino que se propone. Denle cabida y encontrarán la felicidad en su seguimiento y, si se los pide, en la entrega total a Él”.

 

El Papa considera que "la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones lleva impreso el sello de la sinodalidad: muchos son los carismas y estamos llamados a escucharnos mutuamente y a caminar juntos para descubrirlos y para discernir a qué nos llama el Espíritu para el bien de todos”.

 

En el marco del Año de la Oración, en preparación al Jubileo de 2025, el Papa recuerda el llamado de todos a redescubrir “el don inestimable de poder dialogar con el Señor, de corazón a corazón, convirtiéndonos en peregrinos de esperanza, porque «la oración es la primera fuerza de la esperanza”.

 

Concluye con lo siguiente: “Mientras tú rezas la esperanza crece y avanza. Apasionémonos por la vida y comprometámonos en el cuidado amoroso de aquellos que están a nuestro lado y del ambiente donde vivimos. Levantémonos, por tanto, y pongámonos en camino como peregrinos de esperanza, para que, como hizo María con santa Isabel, también nosotros llevemos anuncios de alegría, generaremos vida nueva y seamos artesanos de fraternidad y de paz”.

 

Y tú, ¿a quién siembras esa esperanza y paz a la que se refiere el Papa? ¿Qué mensaje quieres aportar a los demás después de esta Semana Santa?


Óscar Rodríguez.

 

 

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