Cuaresma 2024, 4ª semana. Olga Bejano

Fortaleza: “El alma es más fuertes que el cuerpo”


En esta  cuarta semana de cuaresma la vida de Olga Bejano una mujer inteligente, totalmente puesta al día, con una gran fe, consiguió siempre lo que se propuso. Con 23 años debido a la parada de la glotis que le impidió respirar y entró en coma, lo que le provocó una enfermedad neuromuscular con la que vivió 20 años.


A pesar de su enfermedad, ella nunca se rindió y escribió dos libros en los que se veía reflejada su forma de vida y como ponía su fe en el centro de todo, aceptaba que ese era el plan de Dios para ella, que no se iba a rendir que iba a buscar maneras de vivir en su nueva condición.


Ella era la viva imagen de fortaleza, gracias a la fe que la impulsó a seguir adelante, incluso cuando todo iba  a contracorriente. Su fortaleza no siempre se manifestaba con gestos heroicos, sino a través de la resistencia diaria, en la capacidad que tenía de enfrentar los desafíos cotidianos con una actitud positiva y perseverante. Tenía el coraje de aceptar la realidad, seguir avanzando con esperanza y fe.


“No se puede obviar el hecho de que tu corazón lata y sienta. Eso te hace único cada mañana y debe llenarte de fuerza, fe, confianza y ganas de luchar”


Esta frase de Olga Bejano nos invita a reconocer la fortaleza inherente en el simple hecho de estar vivos y experimentar la vida. Nos anima a encontrar fuerza, fe, confianza y ganas de luchar en la conciencia de nuestro propio latir y sentir, recordándonos que cada día es una oportunidad única para abrazar la vida con gratitud y valentía.


Pero, la verdadera fortaleza se revela en la vulnerabilidad. Permitirse sentir, aceptar nuestras limitaciones y aprender de nuestras debilidades son actos de valentía que nutren el crecimiento interior. En nuestra vulnerabilidad descubrimos una fuerza genuina, la fuerza de aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos, de avanzar con humildad y gracia.


Existe otra fortaleza menos evidente que nace de nuestra fe. Esta virtud procede de Dios, de la fe en Jesús. Sentir que el Señor camina a nuestro lado, que en Dios nos empoderamos, que ganamos en seguridad para afrontar lo que nos toca vivir. 


Durante esta semana os invito a reflexionar acerca de estas preguntas:

  • ¿Cómo es nuestra fortaleza?
  • ¿Ponemos a Dios en el centro de ella?


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