Cuarta semana de Cuaresma para Emaús


Lectura: Lucas 15,11-32
Jesús dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. 


Reflexión 
Son muchas las distracciones que nos encontramos en nuestro día a día que pueden alejarnos de nuestro verdadero objetivo que es ser productivo dando lo mejor de nosotros mismos en todo momento. Una de esas distracciones es nuestro querido móvil.
¿Hasta qué punto lo necesitamos? ¿Cuánto tiempo precioso nos quita cada día que deberíamos emplear en tareas más productivas? Para vosotros vuestro móvil es muy importante, si no lo tenéis o si lo perdéis seguro que sentís que os falta algo, y no pararías hasta encontrarlo, activaríais vuestra aplicación "finder" o "buscar mi iphone" hasta dar con él.
Para Dios nosotros somos ese móvil tan valioso que hay que recuperar si se pierde. Aunque tengamos momentos en los que fallemos y nos salgamos del camino, Dios siempre estará ahí para buscarnos y perdonarnos, al igual que hizo el padre del hijo prodigo. Pues él lo que quiere es que estemos felices siguiendo su camino.

Actúa
Piensa en todo aquello que haces en tu día a día, desde que te levantas hasta que te acuestas que te aleja de Dios. Piensa por qué lo haces, piensa en sus consecuencias, como podrías cambiarlo o mejorarlo. Es difícil cambiar todo de la noche a la mañana pero... ¿y si te propones cada día cambiar algo, por poquito que sea?

Oración 
Señor, quiero ponerme a tu disposición, 
para el servicio de tu Reino, 
para el trabajo que creas conveniente, 
para empezar y volver a empezar, 
cuantas veces lo necesite. 

Y quiero contar contigo
como un aliado seguro
que me defienda y me guíe 
sin imponerme las cosas
sino en libertad
que es como tu amor mejor se entiende. 

Yo quiero servirte, Señor,
y me pongo a tu disposición 
con lo qué tengo...y cómo soy. 




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