Primera semana de Cuaresma para Emaús




Jesús de Nazaret tenía móvil. Caminaba por las calles de Cafarnaúm buscando cobertura, que en aquel tiempo no era cosa fácil. Por fin encontró. Se metió en su Instagram a ver que se contaba Pedro y si pillaba a Santiago le pondría un privado para quedar el sábado próximo. Pero de repente le habló alguien, “evil_666” se hacía llamar. Un tipo simpático y con una conversación fluida. Sus historias estaban que lo flipas. De repente, en medio de la conversación, le ofreció a Jesús una oferta irresistible. Le daría acceso ilimitado a un portal de juegos si convencía a su 12 amigos discípulos a seguir su perfil. Después le dijo que en realidad era influencer y que conseguiría para él muchos seguidores. La gente le daría muchos likes y hasta podría ganar dinero con su canal de youtuber. “Ya sabes”, decía evil_666, “con esas historias que cuentas, con esa labia tuya y tus milagros, serías el amo de la red”.
Jesús dudó un poco. La verdad es que era tentador... Pero en seguida el antivirus de su terminan empezó a detectar alarmas. Jesús se paró un segundo a orar así: “Señor, Padre mío para que puñetas quiero yo convertirme en influencer, instagramer o youtuber. Yo no quiero seguidores ni gente que me haga la pelota. Yo te tengo a ti que me amas profundamente. Con eso me basta.” Cogió su terminal y le contestó a “evil_666”: “mira amigo, está muy bien todo lo que me ofreces. Pero no es ni comparación con lo que ya tengo. NO necesito la admiración de nadie, porque tengo quien me quiera. No quiero ni poder, ni prestigio, porque estoy aquí para amar, no para que me adulen. Y sobre todo, no pienso venderme a nadie como tú, porque acabarías pidiéndome el alma a cambio del favor. Así que, no te necesito”. Y le bloqueó.

En realidad, sucedió así...
Lectura. Lc 4, 1-13 
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto,

donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre.
El demonio le dijo entonces: "Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan".
Pero Jesús le respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan".
Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra
y le dijo: "Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero.
Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá".
Pero Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto".
Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo,
porque está escrito: El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden.
Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
Pero Jesús le respondió: "Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno.

Actúa
Haz aquello que nunca haces. Deja de ser egoísta, deja de atrasar cosas por la pereza, deja de ser tan orgulloso, deja de ser tan pesimista, deja de ponerte excusas. Párate, piensa: ¿qué tienes que dejar de lado que te impide ser más feliz, que te impide construir el Reino de Dios, que te impide avanzar? 

Cuando lo tengas claro, actúa y déjalo ir. 

Oración: 

Señor ayúdame a instalar el antivirus de la cuaresma en mi interior. Que no me deje embaucar por quien me ofrece poder, vanidad o egoísmo. Ayúdame a rezar para darme cuenta de que tú me llenas, tú amor me hace sentir único e importante. Ayúdame a darme cuenta que es mejor compartir que tener cada vez más cosas. Ayúdame a renunciar, a ayunar de cosas que no necesito, para darme cuenta que así soy más libre.

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