Pensamientos en un cuatro latas: orar, ayunar, dar.




La cuaresma ha comenzado y el Papa ha mandado ya un mensaje para que podamos vivirla de la mejor forma posible. Aquí os dejamos un trozo de ese menaje en el que se habla de los tres pilares fundamentales de la Cuaresma: oración, limosna y ayuno, para que seamos capaces de comprenderlos y aplicarlos en esta Cuaresma.

"El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida. 



El ejercicio de la limosna nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Como cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia. Esto vale especialmente en Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de iglesias y poblaciones que pasan por dificultades. Y cuánto querría que también en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda, pensáramos que se trata de una llamada de la divina Providencia.

El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre."

Ana Campos Hidalgo

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