Nos encontramos en la mitad de este camino de Cuaresma y si todavía no te has
movido y echado a andar, tranquilo, es el momento. Es momento de construir
caminos nuevos, es momento de construir nuevos bolsillos en tu mochila de viaje, es
momento de mirar hacia delante con la mirada puesta en lo que te rodea y en quien
te acompaña en este camino, y, sobre todo, es momento de seguir viendo a Jesús
como único culpable de querernos tanto, Él sí que es un fiel
compañero de viaje. Sé realista, necesitamos de hechos claros, necesitamos de
personas con nombres y apellidos en nuestras vidas que nos ayuden a hacer todo
esto o hacia quien proyectar todo esto, ¿no crees? Es hora de reparar tanto que está
a medias, hay tanto que hacer a nuestro alrededor que parece que nos cegamos solo
en lo nuestro y en lo que queremos, pero si abrimos un poco más los ojos podemos
ver que hay mucho a nuestro alrededor que necesita de alguna “tirita”. Es momento
de construir para reconstruir.
CUENTO: CONSTRUIR PUENTES
"No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas contiguas, tuvieron un
conflicto. Éste era el primer problema que tuvieron después de 40 años de cultivar las
tierras hombro a hombro, compartir el duro trabajo y de intercambiar cosechas y
bienes en forma continua.
Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente. Comenzó con un
pequeño malentendido que fue creciendo hasta llegar a abrir una tremenda brecha
entre ellos, que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas
de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir, encontró a un hombre con
herramientas de carpintero. "Estoy buscando trabajo", dijo el extraño, "quizás usted
requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda serle de
ayuda".
"Sí", dijo el mayor de los hermanos, tengo un trabajo para usted. Mire, al otro lado del
arroyo, en aquella granja, ahí vive mi vecino, es mi hermano menor. La semana
pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él tomó su buldócer y desvió el
cauce del arroyo para que quedara entre nosotros.
Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor.
¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que
construya una cerca, de dos metros de alto, para no verlo nunca más.
El carpintero le dijo: Creo que comprendo la situación. Muéstreme dónde están la
madera, los clavos y las herramientas y le entregaré un trabajo que lo dejará
satisfecho. El hermano mayor ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó
la granja por el resto del día para ir a comprar provisiones al pueblo.
El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando, clavando. Cerca del atardecer, cuando el granjero regresó, el carpintero había terminado con su trabajo. El granjero quedó, perplejo con lo que vio. No había ninguna cerca de dos metros; en su lugar había un puente. Un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una verdadera obra de arte.
En ese momento, su hermano menor, vino desde su granja, cruzando el puente, abrazó a su hermano, con los ojos llenos de lágrimas, le dijo: Eres un gran hombre, por construir este hermoso puente después de lo que te he hecho, gracias y perdóname.
El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando, clavando. Cerca del atardecer, cuando el granjero regresó, el carpintero había terminado con su trabajo. El granjero quedó, perplejo con lo que vio. No había ninguna cerca de dos metros; en su lugar había un puente. Un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una verdadera obra de arte.
En ese momento, su hermano menor, vino desde su granja, cruzando el puente, abrazó a su hermano, con los ojos llenos de lágrimas, le dijo: Eres un gran hombre, por construir este hermoso puente después de lo que te he hecho, gracias y perdóname.
En silencio el carpintero guardó las herramientas y se dispuso a marchar, cuando
Luis, el hermano que le había contratado grito: ¡No te vayas espera!, quédate, tengo
muchos proyectos para ti.
-Me gustaría quedarme dijo el carpintero, pero tengo muchos puentes por construir."
COMPROMISO:
Comprometerse a hacer algo no es tan raro, de hecho a veces sale de nosotros ese
ímpetu por mejorar lo que nos rodea y mejorarnos a nosotros mismos. “Hay que
cuidar más de la gente, hay que amar a las personas, protegerlas, porque no siempre
ven lo que necesitan. Es una gran oportunidad de arreglar algo que no sea tu bici. Se
puede arreglar una persona”. Y a esto te invitamos, acércate a alguien estos días,
alguien de tu día a día, de tu familia, amigos, de tu propio trabajo, compañeros,
alguien en concreto, ponle nombre. Acércate, observa e intenta construir de nuevo
esos puentes que quizás se le han caído, construye una sonrisa en su cara cuando
más lo necesite, dale la palabra de aliento cuando haya silencio o pon cariño cuando
veas que hay soledad. Ladrillo a ladrillo, piedra a piedra se construyen las cosas
grandes.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Aquí podrás comentar esta entrada! Recuerda siempre ser respetuoso con los demás.