Primera Semana Cuaresma para los grupos de Emaús





INTRODUCCIÓN


Tan sólo han pasado tres días desde el inicio de este tiempo nuevo, la Cuaresma. Ante todo hemos de destacar que la Cuaresma es un tiempo para cambiar, para remover lo preestablecido. En el desierto encontraremos el modo de vestirnos de un modo nuevo, de otra manera.


El desierto es un lugar de prueba, un lugar donde encontrarnos con nosotros mismos, un lugar donde podremos saber qué es lo que hay que hacer. La oración es la tendencia que siempre está de moda. Es un imprescindible que va bien con todo, que te saca de más de un apuro y que nunca estorba.



La actitud de ir al desierto supone poner la confianza en Dios, y no solo en nuestras fuerzas. Ir al desierto supone luchar para vencer las muchas tentaciones que diariamente se nos ofrecen: son las rebajas del orgullo o la soberbia, del creernos como Dios y querer vivir al margen de todo... sólo con uno mismo.


El desierto nos ayuda a darnos cuenta de que es mejor vivir confiados en quien nunca falla. La oración nos viste por dentro para enfrentar mejor todos los problemas que podamos encontrarnos.


Lectura bíblica: Lucas 4, 1-13


En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. (...)

-Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan. (...) Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo. (...) Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”.

-Jesús le contestó: Está mandado: “No tentarás al Señor tu Dios”. Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.


Toma medidas:
  • Piensa en esas tentaciones que se te ofrecen como rebajas, es decir, como atajos para ser feliz, sustitutos de la auténtica felicidad: vicios, malos hábitos, manías, costumbres que no conducen a nada...


  • Pregúntate en cómo vencer esas tentaciones, en cortar y remendar para diseñar algo nuevo, a tu medida, pero dejando atrás lo que “ya está pasado de moda.”

  • Comprométete a vestirte de oración en esta semana, y a irte al desierto con lo puesto. ¿Cómo vas a intensificar tu oración en esta Cuaresma? 

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