Fue una convivencia intensa en todos los sentidos. Tres días en los que pasó de todo, en los que pudimos disfrutar a la vez que aprendimos a pensar, reflexionar, saber más cosas de los últimos días de Jesús y todo esto con el fondo de la unidad entre todos nosotros.
Desde el primer día metimos la pata al invadir la morada de los mosqueteros, que después de unas pruebas, vieron que estábamos capacitados para pertenecer a su orden. Otros momentos importantes fueron el desierto, ambientado con un vídeo de Madre Teresa de Calcuta, y el Vía Crucis, en el que fuimos de estación en estación con la cruz y las guitarras a cuestas. La Vigilia fue el momento por el que dimos por finalizada la convivencia, hasta el año que viene.
Se agradeció mucho que no nos lloviera en los días que estuvimos allí, porque el tiempo acompañaba a la ilusión de nuestros corazones.
Celia Marchena
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